La ciudad de Castellón lamenta la pérdida de Domingo Luis Jóvena, cariñosamente conocido como “Mingo”, el alma detrás del icónico bar l’Almassorina, quien falleció a los 65 años tras una prolongada enfermedad. Desde los años 80, Domingo, junto a su hermana Conso, mantuvo la tradición familiar, convirtiendo el bar ubicado en la esquina de la calle Gobernador con Tenerías en uno de los puntos más emblemáticos de la capital de la Plana.
El bar l’Almassorina, iniciado por los padres de Domingo, Paco Jóvena y Consolación Cervera, en 1953, rápidamente se convirtió en un lugar clave para la vida social de Castellón. Salvador Bellés, en un artículo para el periódico Mediterráneo, describió este espacio como un punto de encuentro para un diverso grupo social: periodistas, policías, aficionados a los toros y al fútbol, e incluso figuras del juego de pelota, como Emiliet y Ricardo.
Más que un simple establecimiento, l’Almassorina se destacaba por su oferta culinaria, presentando platos típicos de la región como rovellons y caragols. Estos sabores tradicionales atraían a los visitantes, convirtiéndose en una parte esencial de la experiencia gastronómica de Castellón.
La gestión de Domingo en l’Almassorina continuó hasta la primera década del siglo XXI, cuando su salud comenzó a flaquear, obligándolo a dejar el negocio que había sido el centro de su vida. Su fallecimiento no solo es una pérdida para su familia y seres queridos, sino también para la comunidad gastronómica y cultural de Castellón.
Con la partida de Domingo Luis Jóvena, Castellón despide a uno de sus más queridos restauradores, cuyo legado perdurará en los recuerdos y las historias compartidas en las mesas de l’Almassorina.
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